"Equis Uve Palito", el Hit Papal

¿Quién dice que el catolicismo no es cool?

La visita de Benedicto XVI no sólo ha servido para que nuestros políticos se arrodillen ante el poder de un anciano con anillo y capa, icono pop de una religión que proclama disponer de las patentes de todo lo bueno que hay en este universo; o para que la policía haga prácticas de porra con ciudadanos sospechosos de tener una opinión. ¡Qué va! Además de para organizar un macrobotellón celestial durante 7 días de calor infernal, permitir concesiones públicas directas o indirectas, o monopolizar los medios de comunicación con propaganda de la confrontación o mensajes medievalistas, el sarao organizado por uno de los pocos mortales que, a pesar de llevar capa, ni vuela ni lleva la ropa interior por fuera, ha servido como fuente de inspiración para el que, desde ya mismo, es el temazo del verano 2011.


Creas en lo que creas en tus momentos más onanistas, menea tu cucu al ritmo de una impagable coreografía benedictina, y verás lo calentito y sabrosón que puede llegar a ser el fervor de la juventud.




"Super 8", J.J. Abrams



Pueblo norteamericano donde aparentemente nunca pasa nada y todos se conocen y las debilidades de unos se convierten en tragedias para otros. Donde niños de réplicas chisposas ruedan películas caseras con zombis de pega en mitad de un accidente de tren apocalíptico. Es verano y hay bicicletas y planos picados mostrando cielos abiertos con nubes inmensas, o noches salpicadas de brillos azulados. Estamos en la recreación del universo Amblin del Spielberg de finales de los 70s y principios-mediados de los 80s, lugar donde el zigzagueo de luces de linterna siempre precede a los malos en la oscuridad, y los extraterrestres se empecinan con volver a casa, suponemos que para ver su serie favorita, o pasear a su mascota.





Aquí el resultado de tomarnos la tensión durante el visionado...


Resumiendo… A RATOS ENTRAÑABLE, A RATOS ENTRETENIDA.

Lo que Sí… La pasión por hacer cine de los protagonistas, y el resultado de dicha pasión, el corto THE CASE, que aparece durante los títulos de crédito finales; la BSO firmada por Giacchino evoca al Williams de la época, aumentando la sensación de inmersión en aquel mundo, pero sin su carisma y pegajosidad en la inmortalización de un tema principal tarareable; el resultado es superior a la media del cine comercial actual.

Lo que No… El terrible doblaje; los aislados golpes orquestales marca de la casa Giacchino a lo susto-suspense-lost; una historia demasiado lineal, sin sorpresa ni originalidad, sin aportar nada nuevo al imaginario referenciado, lastrada por el factor ET; esa sensación de que Abrams es el Rey de la autopromoción de ideas brillantes, cuyo desarrollo dramático suelen degenerar en artificios low-cost; sospechar que de pequeños nos hubiésemos aburrido bastante hacia la mitad del metraje; la falta de magia.

Lo que nos ha llamado la atención… Que cualquier tiempo pasado, pasado está. Abrams y su obsesión por el electromagnetismo. Los ojazos que se gastan los ETs ideados por Spielberg. El filón del imaginario Rosswell. Darse cuenta de que para recuperar las viejas sensaciones al ver este tipo de cine –estética a parte-, no hace falta viajar en el tiempo, sino  visionar una película de Pixar, herederos superdotados de aquella forma de entender el cine.

David Fincher para principiantes


De su cine nos gusta esa sensación de viajar hacia el corazón de las tinieblas de una sociedad alienada, ruidosa, ensimismada ante las aberraciones que el progreso sin alma produce, donde los personajes sucumben asfixiados a un continuo proceso de deshumanización y desesperanza ante tanto artificio, y ninguna vía de escape. Todo ello y mucho más facturado con una atmósfera y un sentido del suspense envidiables.


Alien3 (1992). Su puesta de largo en cine. De atmósfera obsesiva, sensual, con persecución final de alta tensión. Es floja, pero no mala. [+]

Se7en (1995). Y a partir de aquí, ningún thriller, ni ningún psicokiller volvieron a ser lo mismo. Húmeda, asfixiante, voyeur, hizo de Morgan Freeman el reemplazo perfecto de estrella secundaria con carisma y presencia a lo Sean Connery. De guión esquemático, es una de las películas que más hemos disfrutado en cine. Inolvidable los títulos de crédito iniciales al son de los Nine Inch Nails. [+]

The Game (1997). Aunque entretenida, no nos acabó de convencer la dualidad realidad-ficción que planteaba la historia. Su final es de parecido razonable con el final del ‘Abre los Ojos’ de Amenábar. En algún sitio leímos que pretendió ser la ‘Con la muerte en los talones’ de estos tiempos. [+]

El club de la lucha (1999). La que más nos gusta, y la que siempre recomendamos como de obligado visionado. Caos y esquizofrenia desatados en un sistema agonizante, del que sólo se puede salir a través del ¿amor? Frase final antológica a lo chica me has pillado en un mal día, mientras el mundo se derrumba literalmente, hizo grande ante nuestros ojos a Brad Pitt. No olvidar al gigante Edward Norton y la BSO de The Dust Brothers. [+]

La habitación del pánico (2002). Tras la caída de las torres gemelas, tocaba hablar de la paranoia y la desconfianza. Interesante, pero adolece de falta de carisma. Fue el debut de Kristen Stewart, la empalagosa protagonista de los Crepúsculos varios. [+]

Zodiac (2007). De cómo la sociedad de la información se fagocita a sí misma, y la imposibilidad de capturar una realidad objetiva y veraz ante un océano de rumores, chismes, y subjetividades varias. El horror pasa a formar parte de la cultura pop en esta historia basada en hechos reales de impecable factura, y tensión infinita. Para muchos su mejor película hasta el momento. [+]

El curioso caso de Benjamin Button (2008). Demasiado azucarada, y todo por culpa del guionista de Forrest Gump, que intentó repetir éxito, y se quedó a medio camino, desaprovechando así un planteamiento más que fascinante. Su trabajo más comercial, de estética impecable, y carisma efímero. [+]

La red social (2010). Mítica en su retrato de la sociedad actual, donde la soledad y la incomunicación marcan sus cotas más altas, pese a la sobredosis de interconexión social existente. La escena final es para aplaudir con las orejas. Magistral control del tiempo de la narración en una historia que, en manos de otro, se habría convertido en película de sobremesa de domingo y siesta. Magistral guión del televisivo Aaron Sorkin, y electrizante BSO de Atticus Ros y Trent Reznor. [+]

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