Pueblo norteamericano donde aparentemente nunca pasa nada y todos se conocen y las debilidades de unos se convierten en tragedias para otros. Donde niños de réplicas chisposas ruedan películas caseras con zombis de pega en mitad de un accidente de tren apocalíptico. Es verano y hay bicicletas y planos picados mostrando cielos abiertos con nubes inmensas, o noches salpicadas de brillos azulados. Estamos en la recreación del universo Amblin del Spielberg de finales de los 70s y principios-mediados de los 80s, lugar donde el zigzagueo de luces de linterna siempre precede a los malos en la oscuridad, y los extraterrestres se empecinan con volver a casa, suponemos que para ver su serie favorita, o pasear a su mascota.
Aquí
el resultado de tomarnos la tensión durante el visionado...
Resumiendo… A RATOS ENTRAÑABLE,
A RATOS ENTRETENIDA.
Lo que Sí… La pasión por hacer
cine de los protagonistas, y el resultado de dicha pasión, el corto THE CASE,
que aparece durante los títulos de crédito finales; la BSO firmada por
Giacchino evoca al Williams de la época, aumentando la sensación de inmersión
en aquel mundo, pero sin su carisma y pegajosidad en la inmortalización de un
tema principal tarareable; el resultado es superior a la media del cine
comercial actual.
Lo que No… El terrible doblaje; los
aislados golpes orquestales marca de la casa Giacchino a lo
susto-suspense-lost; una historia demasiado lineal, sin sorpresa ni
originalidad, sin aportar nada nuevo al imaginario referenciado, lastrada por
el factor ET; esa sensación de que Abrams es el Rey de la autopromoción de
ideas brillantes, cuyo desarrollo dramático suelen degenerar en artificios
low-cost; sospechar que de pequeños nos hubiésemos aburrido bastante hacia la
mitad del metraje; la falta de magia.
Lo
que nos ha llamado la atención… Que cualquier tiempo pasado, pasado está. Abrams
y su obsesión por el electromagnetismo. Los ojazos que se gastan los ETs ideados
por Spielberg. El filón del imaginario Rosswell. Darse cuenta de que para recuperar
las viejas sensaciones al ver este tipo de cine –estética a parte-, no hace
falta viajar en el tiempo, sino visionar una película de Pixar, herederos
superdotados de aquella forma de entender el cine.
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