Un
susurro en la nuca, que baja hacia las tripas, que inflama el deseo de sangre,
de trocear a una nueva víctima. Espacios meticulosamente plastificados, en penumbra, decorados con fotos de víctimas inocentes que claman venganza desde
el más allá, aguardando la aplicación de la ley del talión a golpe de
motosierra, excusa perfecta para dar rienda suelta a las necesidades orgásmicas
del monstruo. Momentos íntimos de los que cuesta formar parte, por lo alejados
de la verdadera naturaleza que late bajo la piel. El oscuro pasajero que se
debate entre la barbarie a cuchillo del instinto, y el adiestramiento con
hipoteca de las relaciones personales.
Así
es el mundo de Dexter Morgan, reputado forense de Miami a la luz del día, y meticuloso serial killer cuando cae la noche.
Y
así es su universo sonoro: de entrada bizarro, grotesco; con clara inspiración onírica;
de cuento oscuro trufado de ironía y humor negro; con sabor a noche latina
marca Miami Beach; donde la música no se plantea cuestión moral alguna, sino que
se centra en subrayar la confrontación entre la barbarie y el civismo, entre el
instinto de supervivencia y la necesidad de convivencia.
Aunque
el tema principal de la BSO está compuesto por Rolfe Kent, la mayor parte del score
es obra de Daniel Licht. Los temas elegidos para este post, pese a pertenecer a
la primera temporada, son buen ejemplo de la atmósfera que envuelve las
vicisitudes de tan inquietante personaje.
Así suena la rutina, lo cotidiano, lo inevitable, el determinismo... (Counting the night)
Así suena la bestia acechando, el ansia que debe ser saciado... (Blood Theme)
Así suena la inadaptación social, el sentir la supuesta normalidad como algo ajeno... (Wink)
Así suena la Miami latina, nocturna, repleta de esperanzas, y de nuevas amenazas... (Medley Epilogue)
Así suena el contrapunto vital, el absurdo a la vida es una tómbola... (Perfidia by Mambo All Stars)
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